• Automatización y robótica: Consiste en el uso de máquinas programadas para ejecutar tareas sin intervención humana directa. Esto aumenta la velocidad de producción, reduce errores y mejora la seguridad laboral al evitar que las personas realicen trabajos peligrosos.

  • Inteligencia artificial (IA): Sistemas capaces de aprender de los datos, reconocer patrones y tomar decisiones en tiempo real. En la industria se usa para predecir fallos en las máquinas, optimizar la logística y personalizar la producción.

  • Internet de las cosas (IoT): Red de sensores y dispositivos conectados que permiten monitorear y controlar procesos a distancia. Por ejemplo, fábricas que ajustan automáticamente la temperatura o el consumo energético según las necesidades.

  • Impresión 3D: Tecnología que crea objetos capa por capa a partir de modelos digitales. Permite fabricar piezas complejas a bajo costo, realizar prototipos rápidos y producir piezas personalizadas en sectores como medicina o construcción.

  • Energías renovables en la industria: Uso de recursos como la energía solar, eólica o biomasa en plantas industriales. Esto no solo reduce costos a largo plazo, sino que también disminuye la huella de carbono de la producción.